MARTIGNY El viernes 30 de junio, Christian Michellod rindió homenaje en la Gazette a su antiguo colega y amigo Michel Gratzl. Escribió sobre ello en particular: “la pasión desbordante, expresada, sentida, comunicada, compartida, experimentada, anclada en lo más profundo de ti, en tu corazón, en tu alma. Simplemente, pasión por la vida. Tienes suerte, mi Micky. ¡Ya sabes que hay uno después de la muerte! Nosotros no”. Y hoy se une a Micky en las estrellas. Destino cruel.

Christian Michellod, “Mic” para sus allegados y otras personas, “Papá Christian” para más de 10.000 niños de Pereira, había sanado su corazón magullado durante un viaje a Colombia creando la fundación Moi pour Toit. Una historia increíble que explica bien la generosidad y el amor desbordante que animaban a este hombre que hablaba la lengua francesa con talento y humor. Homenajes.

Los ojos de Christian eran las ventanas de su alma. Había toda la determinación, pasión y vida de un hombre en esa mirada. Rodeaba de bondad todo lo que tocaba.

Christian habló con gran emoción. Nos contó una historia plural, la de los niños desfavorecidos que salvó, al otro lado del planeta. Todos lo llamaban “Papá Christian”. Era la música de la vida y el amor lo que los unía.

La generosidad es la contraseña para superar fronteras y distancias. Allí, Pereira, en Colombia, un lugar del que no quería salir, del que sólo quería una cosa: volver, una y otra vez con sentimientos. Para Christian, si el movimiento de la vida no estaba orientado hacia los demás, no era interesante.

En Colombia descubrí tesoros de la humanidad gracias al Papa Christian. Estos recuerdos están vivos, están ahí, en mi cabeza, y los visito regularmente para recargarme, para recordarme. Experiencias de las que se guarda una huella imborrable mucho después de abandonar el “país de las emociones”, como le gustaba llamarlo. Una tinta para dibujar.

En el paisaje que durante años mirábamos desde nuestras ventanas, ahora faltará una montaña, porque Papá Christian era inmenso, inmenso en su humanidad, inmenso en su alma y en su corazón.

Algunos maestros son importantes en la vida de uno. Ellos suben.

Fuiste, para más de 10.000 niños de Pereira, el “Papá Cristiano” que los sacó de las calles para ofrecerles un hogar. Este “Papá Chris-corazón de todos estos niños, de todos tus hijos. Corazones tan jóvenes y que ya han visto demasiado, experimentado demasiado, sufrido demasiado. Fuiste el refugio de estos chicos que pueden elegir entre el robo y las drogas. El padre de estas adolescentes que tienen que elegir entre la prostitución y la prostitución.

Eras amigo de todos y mío... Te llamé Mitz... Esta amistad la forjamos durante nuestros años de ósmosis en la Universidad de Friburgo. Estamos matriculados en la Facultad de Artes y leemos, leemos, leemos mucho. Y cuando no leemos, leemos. Nos encanta el idioma. Nos gusta la palabra. Nos gusta el juego, nos gusta el juego de palabras. El que dibuja una sonrisa o, mejor aún, el que provoca una risa, a veces franca, a menudo loca.

Vivimos de la poesía y la amistad. Nosotros somos, lo digo en voz baja porque las paredes tienen oídos, somos “culo y camisa” y no sabemos, eres tú quien lo dice, quién es la camisa. Sí, Mitz, hacemos al menos cien tiros al año, y como nos quedamos cuatro años, bien podríamos decir de inmediato que hacemos cuatrocientos tiros.

Obviamente, les hablo de una época en la que los menores de veinte años... Dirían: "fue hace mucho tiempo, cuando el Mar Muerto aún no estaba enfermo". Y me gusta tu humor. Me gusta el humor en general. El que rima con amor. Me gusta el humor porque desarma. Y lo que desarma es un vector de paz que es fuente de alegría.

La lengua francesa que tanto veneráis no os es ingrata, ya que ahora, cuando hablamos de un texto que tiene alma, un texto espiritual que se sube a la cabeza con tanta facilidad como si fuera espíritu, decimos "Es como Mic". ! “Me for Toit”, TOIT… Es su juego de palabras más conocido, más escuchado… Es sobre todo la concreción de un juego de palabras en un gesto de amor.

El pensamiento crea el mundo. Y si el pensamiento es fruto del humor, crea un mundo más bello. Esto es lo que nos demuestra vuestra brillante inteligencia al servicio de vuestro corazón rebosante de ternura.