El último bastión turístico de América Latina, “Locombia”, como la llaman sus habitantes, traduce “Colombia loca”, ejerce en nuestra imaginación una fascinante mezcla de atracción y miedo. Terre de mythes le plus souvent ravageurs comme les émeraudes, les cartels de cocaïne ou la guérilla, la Colombie est aussi celle du légendaire El Dorado, celle qui a pris le nom de Christophe Colomb, bien que celui-ci n'y ait jamais posé el pie.

Aquí más que en ningún otro lugar, en este país considerado uno de los más peligrosos del mundo, la precaución más básica y el cumplimiento de las instrucciones de seguridad son fundamentales. Pero para aquellos que se atreven a desafiar las prohibiciones de la conciencia popular y aventurarse en las grandes carreteras de Colombia, se abre la perspectiva de una estancia de rara autenticidad. La población, la más culturalmente diversa del continente, es de una bondad poco común. Ansiosos por dar otra imagen de su país, los colombianos están encantados de recibir a los turistas.

Por supuesto, ciertas regiones están completamente prohibidas, pero sigue habiendo un territorio infinitamente variado para que el mochilero explore, desde las cumbres andinas hasta la selva amazónica, pasando por las playas del Pacífico o el Caribe. Sin olvidar la música, omnipresente. Colombia es viaje en estado puro. (La guía Routard).