Christian Michellod fue ante todo un escritor, sin duda uno de los mejores de la prensa francófona de las últimas décadas. ¿Quién no ha sonreído nunca, si no reído abiertamente, al leer sus juegos de palabras y sus dardos?

Leer una crónica de partido, un retrato, un comentario o una columna de “Mic”, su apodo, ya era garantía de pasar un buen rato. Nadie supo mejor que transmitir y compartir las emociones que genera el deporte.

Christian Michellod fue mucho más que un periodista deportivo, un entorno profesional que descubrió casi por casualidad. Era un poeta, un amante de la lengua francesa y de las palabras con las que hacía malabares y se divertía para producir textos sublimes, hasta el punto de que la fórmula "muchas veces imitada pero nunca igualada", para todos los que inspiraba, le sentaba como un guante.

Durante todas estas décadas en la redacción deportiva, Christian Michellod cubrió hockey, fútbol, ​​baloncesto, ciclismo, tenis, golf y carreras de caballos, única disciplina que insistió en mantener cuando pasó a la edición, edición de páginas y labores de secretaría editorial durante su último años profesionales.

Este humor, su buen humor, sus buenas palabras, no las reservó sólo para su teclado. Lo compartió con sus compañeros de “Nouvelliste” durante casi cuarenta años, hasta su jubilación en 2017.

Christian Michellod también fue fundador y presidente de la fundación Moi pour Toit , una organización no gubernamental sin fines de lucro que ayuda a niños desfavorecidos de la región de Pereira, en Colombia . “Papá Christian”, como lo apodaban sus hijos, se enamoró de Colombia durante su primer viaje en 1975. La idea de la fundación surgió cuando llamó la atención de una niña en un tren en Bogotá. "No puedo digerir la noticia de su muerte", afirma Gérard-Philippe Mabillard , miembro del comité de fundación. "Es horrible. Su compromiso con Moi pour Toit fue total. Él fue el alma y el corazón de su fundación". Cada vez que la presentaba ante el público, decía: "Hace casi cuarenta años, quedé embarazada en Colombia. No tengo ninguna duda de que Moi pour Toit continuará. Le debemos a él continuar su trabajo".

Desde hace más de treinta y cinco años, incluso más desde su jubilación, Christian Michellod dedica todas sus energías a dar vida a Moi pour Toit, este puente de generosidad entre Suiza y este país sudamericano que se ha convertido en algo suyo. Así iba habitualmente a Pereira. “Mi corazón está en Colombia”, todavía decía.

Ese corazón, precisamente, que Christian Michellod tenía tan grande y que de repente dejó de latir mientras comía con amigos en Colombia, dejando con dolor a sus innumerables amigos y ex colegas aquí, y a todos "sus" hijos, en Pereira.